El CITA publica el primer libro de la serie “Legumbres y Hortalizas tradicionales de Teruel conservadas en el Banco de Germoplasma Hortícola de Zaragoza”

Cristina Mallor y Ana María Sánchez, investigadoras de la Unidad de Hortofruticultura, son las autoras de esta publicación que consta de tres volúmenes

Fecha: 28-Sep-2020

Fuente: Aragón Hoy

El Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) publica el primer libro de la serie “Legumbres y hortalizas tradicionales de Teruel conservadas en el Banco de Germoplasma Hortícola de Zaragoza (BGHZ-CITA)” escrito por Cristina Mallor y Ana María Sánchez, investigadoras de la Unidad de Hortofruticultura del CITA.

El trabajo que se presenta en esta publicación ha sido realizado en el marco del proyecto “Valorización de cultivares hortícolas tradicionales de Teruel (HuertaTE)” desarrollado en 2019 y del proyecto “Actividades permanentes del banco de Germoplasma de Hortícolas de Zaragoza (BGHZ-CITA)”. Estos proyectos han sido subvencionados el primero por el Fondo de Inversión de Teruel (FITE), el Gobierno de Aragón, y el Ministerio de Hacienda y el segundo por el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA). En total la colección está formada por tres volúmenes. El primero que ahora se presenta trata sobre las legumbres, el segundo se dedicará a los cultivos de cucurbitáceas y solanáceas, y el tercero abordará otros cultivos recolectados en la provincia de Teruel.

Este primer volumen describe la colección de leguminosas de Teruel que se encuentran en el Banco de Germoplasma Hortícola del CITA. En total se estudian 55 muestras (33 de judías, 5 de garbanzos, 1 de lentejas, 3 de guijas, 7 de bisaltos, 1 de guisante y 5 de habas).

El Banco de Germoplasma Hortícola cuenta con más de 17.000 muestras pertenecientes a más de 300 cultivos o especies y está destinado a la conservación de la biodiversidad de los cultivos hortícolas, incluyendo las legumbres, así como las especies silvestres relacionadas en forma de semillas. La conservación de la biodiversidad es clave para afrontar los retos del futuro, y en ese sentido, Teruel, por la variabilidad de sus agrosistemas y la dispersión de sus núcleos rurales ha generado a lo largo de los años una gran diversidad.