Ecologistas en Acción presenta alegaciones a la planta de Sal de Monzón

La organización denuncia que la instalación está demasiado cerca del casco urbano de Monzón y que deben ser las administraciones, local o autonómica, las que ejerzan la ordenación del territorio, no los promotores los que impongan su localización según sus intereses  privados.

Fecha: 04-Jan-2019

Fuente: Ronda Somontano

En las alegaciones presentadas ante el Departamento de Industria se expone que la instalación de esta planta , a  menos de 300 m. de la zona urbana, supone una alteración del ordenamiento territorial, pues se permitiría la instalación de un proceso industrial fuera de los polígonos construidos a tal efecto ya que se trata de una actividad, no solo extractiva, sino  también industrial, al realizarse un proceso  mediante un reactor que tiene como misión la precipitación química y sedimentación de las sales solubles.

También indican, que en el estudio de impacto ambiental presentado por el promotor, no se recogen alternativas de emplazamiento de esta planta que va a ocupar 10 hectáreas con 6 balsas y la planta de procesado y que, aunque en el estudio presentado se indique que los riesgos de hundimientos del terreno (subsidencia) que se pudieran provocar al crear una cavidad subterránea  para extraer la sal mediante dilución, son mínimos, existe un cierto riesgo, pues se pretende explotar, en una primera fase cinco cavidades en el área en los próximos 30 años, cavidades a más de 1400 m. de profundidad, de entre 70 y 100 m. de ancho por 200 de profundidad,   que según el proyecto estarían separadas entre sí un mínimo de 240 m. Además se prevé una producción de 70.000t/año por lo que el tráfico de camiones, próximo al casco urbano, supondrá la generación de gases contaminantes y ruido.

La veta de sal gema, procedente de los depósitos del antiguo mar que cubrió la zona, sin duda se extienden por una superficie considerable, de hecho el permiso de investigación se extiende por  más de 1300 ha. de los términos municipales de Monzón y La Almunia de San Juan, motivo por el que parece razonable  buscar otros emplazamientos menos impactantes, donde se aleje el riesgo  de poblaciones y con un impacto visual y paisajístico menos evidente.

De igual forma Ecologistas en Acción denuncia que no se han realizado estudios de presencia de  acuíferos en la zona, que pudieran ser contaminados con sal durante la explotación. Al respecto conviene recordar que durante la construcción de la autovía se puso de manifiesto la existencia de cursos de agua en el fondo del valle de Campián que quedaron contenidos por el trazado lineal y que precisaron de obras auxiliares para su evacuación. Dichos cursos pueden aflorar en la parcela de la mina y ser contaminados por la actividad. También indican que es necesario aclarar el destino final de los residuos que se generarían y la peligrosidad de los mismos.