Desde la sequía a la xylella: Dan la voz de alarma ante la desaparición de 10.000 hectáreas de almendros

Unió de Pagesos ha reclamado que se cree una comisión técnica con especialistas y con el sector agrícola para hacer frente a la elevada mortandad detectada especialmente en los almendros, donde se han perdido hasta 10.000 hectáreas de almendros, pero también en otros frutales y ha reclamado un plan de recuperación de árboles que contemple la repoblación.

Fecha: 25-Aug-2017

“El panorama es desolador pero hay que intentar revertirlo entre todos”, ha reclamado en una rueda de prensa el secretario general de Unió de Pagesos, Biel Torrens, quien ha alertado de que entre 2007 a 2017 la isla ha perdido la mitad de superficie de este cultivo, hasta unas 10.000 hectáreas de almendros (otras fuentes las suben a 12.000), y de que el ritmo de desaparición “se está acelerando” y si hasta ahora se perdían 1.000 hectáreas anuales, este año serán entre 3.000 y 4.000.
La producción ha bajado de 2.000 toneladas de almendra en 2007 a entre 700 u 800 toneladas que el sindicato estima que se producirán este año, lo que demuestra, en opinión de Torrens, que “Mallorca necesita un plan importante y potente de recuperación de árboles”.

Según Torrens, “el desastre” lo ha generado un cúmulo de circunstancias que incluyen la sequía de 2016 y ciclos de sequía anteriores, los inviernos cálidos de los últimos años por el cambio climático que han impedido la necesaria hibernación de los árboles y la aparición de enfermedades como el hongo de la madera y la xylella.

Los daños afectan sobre todo a las hectáreas de almendros pero también a otros frutales como higueras y ciruelos. En concreto, sobre la plaga, Torrens ha dicho que si bien se ha informado de que ha habido positivos de xylella en 25 municipios, el sindicato agrario cree que “está afectada por la situación global toda Mallorca”.

Además de que la producción media anual se va a reducir a la mitad, el responsable del sindicato advierte de que es “mucho más grave” la pérdida de árboles, que “se están muriendo en los dos últimos meses”.

Ha reivindicado la importancia histórica del almendro en Mallorca por su nivel de producción y su calidad, y también por su relevancia paisajística que “afecta a la economía en general”, así como por su componente medioambiental, porque los árboles retienen la tierra y reducen la erosión en inundaciones y torrentadas.
Por ello, Unió de Pagesos ha reclamado el apoyo del Govern y que se cree un grupo de trabajo conjunto, una comisión con el sector, para evaluar la situación y conocer la magnitud del problema.
También han pedido la puesta en marcha de un plan urgente de investigación y experimentación para estudiar las variedades de almendro más resistentes y la posibilidad de repoblar todas estas hectáreas de almendros perdidas con ellas para recuperar la capacidad productiva.

Si bien la repoblación con árboles sería una medida a largo plazo porque no mejoraría la producción hasta dentro de al menos 5 años, Unió de Pagesos considera que hay medidas “que se pueden poner en marcha mañana mismo”, como iniciativas preventivas y estudios sobre si el uso del riego ayuda a mantener los árboles y a paliar el problema.

Torrens ha reclamado que los especialistas asesoren a los agricultores, que son quienes constatan los daños. “Los payeses vemos los efectos, pero la causa exacta o cómo afectará a otras especies lo desconocemos. De ahí que pidamos un grupo de expertos con científicos, investigadores, ingenieros agrónomos que conocen las variedades autóctonas (como vivot y pons) y el manejo del cultivo, especialistas de la Universidad…”, ha reivindicado.

“Vemos que el panorama está cambiando cada día, que tenemos una situación complicada y es necesario que sumemos esfuerzos para intentar salvar lo que podamos”, ha insistido Torrens. “No podemos permitir que Mallorca se queden sin árboles”, ha concluido.

Según el sindicato agrario, los almendros empezaron a tener problemas hace una década en Mallorca. La coordinadora de Unió de Pagesos, Margalida Estelrich, ha explicado que se trata de árboles especialmente sensibles a los cambios atmosféricos y climáticos, de temperaturas y sequías, por lo que la llega de plagas “ha encontrado los árboles en condiciones óptimas para que les entren enfermedades, algunas que no son propias del clima mediterráneo y también la xylella”.