Desarrollan estrategias para evaluar el riesgo de nuevas proteínas alimentarias para producir alergias

La enfermedad celiaca afecta a entre el 1% y 2% de la población y se puede manifestar a cualquier edad, según la Asociación de Celiacos y Sensibles al Gluten.

Fecha: 21-May-2019

Fuente: CSIC

 Por ello, evaluar las reacciones adversas del sistema inmunológico frente a nuevas proteínas alimentarias es fundamental para este tipo de enfermos. Las actuales directrices internacionales para evaluar los riesgos de los alimentos producidos por técnicas biotecnológicas datan del año 2003 pero un equipo de investigadores con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) plantea nuevas estrategias e instrucciones para evaluar este tipo de reacciones adversas. El trabajo se centra en el caso de la enfermedad celiaca pero también aborda las reacciones alérgicas alimentarias por la inmunoglobulina E (IgE), un tipo de anticuerpo que no está presente en los celiacos.


Como se apunta en el artículo publicado en la revista Trends in Biotechnology, del grupo Cell, “comprender los factores genéticos involucrados en la alergia a los alimentos y el papel del tracto gastrointestinal racionalizará las estrategias de evaluación de riesgos”. El investigador del CSIC Javier Moreno, que trabaja en el Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (centro mixto del CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid) explica: “Era necesaria una revisión de las estrategias ya existentes teniendo en cuenta los avances científicos más significativos y relevantes. Asimismo, es necesario profundizar en el conocimiento de las regiones genómicas implicadas en el desarrollo de alergias alimentarias y en el papel del tracto gastrointestinal en el procesado de una proteína alimentaria y su posterior presentación frente al sistema inmunológico”. 

Para este estudio se han considerado avances recientes tanto en el conocimiento de las regiones genómicas implicadas en el desarrollo de alergias alimentarias como en el papel del tracto gastrointestinal en el procesado de una proteína alimentaria y su posterior presentación frente al sistema inmunológico. “Además, es necesario desarrollar herramientas que permitan descifrar la posible relación entre fragmentos peptídicos estables derivados de la digestión gastrointestinal y su potencial capacidad para provocar reacciones inmunes adversas”, añade el científico del CSIC.

Actualmente, la estrategia planteada en este trabajo se está utilizando por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria.