Antonio Molina: “Agricultores de otros países van a tener acceso a nuevas tecnologías que los europeos no van a tener”

El director del Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas alerta de las consecuencias de la lentitud legislativa de Bruselas con la biotecnología​. Una jornada resalta que estas herramientas serán determinantes en los retos alimentarios del futuro.

Fecha: 11-Dec-2018

“Tenemos que transmitir que un yogurt es un producto de alta tecnología”. Con esta afirmación, Antonio Molina, director del Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas (CBGP) y catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid, sintetizaba la importancia de educar a la sociedad de la importancia que determinadas herramientas biotecnológicas jugarán en el futuro de la alimentación del presente siglo.

En 2050 se alcanzará la cifra de 9.000 millones de personas en el Mundo, por lo que el sistema agroalimentario necesitará de todos los instrumentos disponibles para producir más con menos recursos y manteniendo los mismos niveles de seguridad. La producción vegetal va a tener muchos retos.

“Las plantas van a estar sometidas a mayor variación de temperaturas locales, a periodos más largos de temperaturas bajas… tendremos que reducir el uso de fertilizantes nitrogenados… aparecerán nuevas enfermedades”, ha recitado Molina este lunes 3 de diciembre en Madrid en la jornada ‘¿Quo vadis Europa? ¿Es posible un sistema agroalimentario que responda a los retos del Siglo XXI sin biotecnología?’ que ha debatido sobre la importancia de contar con una regulación con  base científica que no limite el avance de la innovación y que no frene la competitividad agroalimentaria europea.

“Tenemos que mejorar la transferencia de conocimiento al sector productivo”, afirmaba el director del CBGP, a la vez que se quejaba con amargura de la lentitud política a la hora de legislar. Un ejemplo es que en los laboratorios ya hay evidencias de microorganismos que al entrar en contacto con las plantas regulan muchos procesos fisiológicos con efectos beneficiosos y cuyas moléculas no se pueden comercializar porque la normativa no está a la altura del avance científico.

Ejemplo de ello es que en la reciente visita a España del presidente de China, Xi Jinping, los principales acuerdos firmados han sido con tecnológicas agroalimentarias.

“Se han hecho mejoras respecto a este tipo de productos que se pueden catalogar como biofertilizantes para poder comercializarlos a través de la nueva normativa europea de fertilizantes. Pero aun así las limitaciones siguen existiendo”, puntualizaba Molina, quien añadía que una sentencia del Tribunal Europeo de Justicia “considera el producto resultante de la edición génica como un organismo modificado genéticamente”.

“Es muy grave porque en otros países competidores no se ve así”, asegura el catedrático. Ejemplo de ello es que en la reciente visita a España del presidente de China, Xi Jinping, los principales acuerdos firmados han sido con tecnológicas agroalimentarias.

Aunque Molina ve luz en el túnel. “Hay que tener en cuenta las declaraciones que han hecho los asesores de Juncker (presidente de la Comisión Europea) de la urgencia de adaptar la normativa europea a los avances científicos y cambiar la directiva europea de los organismos modificados genéticamente que es una directiva del año 2001 y no está adaptada a los avances científicos y tecnológicos”.

“Otros agricultores de otros países van a tener acceso a nuevas tecnologías e innovaciones que en Europa no se va a tener. Además, va a tener una incidencia en que la inversión industrial en este ámbito se puede trasladar a otros países donde no va a haber la exigencia normativa que hay en Europa”, avisa Molina quien sentencia: “Esto va a suponer un retraso tecnológico en Europa muy notable”.