Ainia analiza la presencia del SARS Cov2 en superficies de la industria y la distribución alimentaria

Las superficies contaminadas suponen, después de la vía aérea persona a persona, un medio de transmisión de la COVID-19. Detectar la presencia del virus (SARS-CoV-2) en las superficies de trabajo (manivelas, interruptores, pasamanos, carros, mesas y objetos de trabajo…) constituye una herramienta fundamental a la hora de verificar la eficacia de las medidas adoptadas para prevenir la extensión de la enfermedad en las actividades industriales y en la restauración y hostelería, entre otras.

Fecha: 15-Oct-2020

Fuente: Interempresas

El servicio de laboratorio de Ainia ha analizado en los últimos tres meses cerca de 1.000 muestras de control de SARS Cov2 en superficies y aguas de procesos y residuales. El 90% del total ha correspondido a superficies de instalaciones del sector de la distribución y la industria alimentaria. El 10% restante se ha realizado en centros educativos y aguas residuales.

Para Roberto Ortuño, responsable de seguridad alimentaria de Ainia, “controlar la presencia de SARS-CoV-2 en las superficies y las aguas (aguas de lavado en procesos de limpieza, por ejemplo) es una herramienta insustituible para verificar que las condiciones de las instalaciones y las operaciones de limpieza y desinfección son correctas, y nos permiten realizar las diferentes actividades industriales, de hostelería y restauración con garantías”.

Según datos del Ministerio de Sanidad, el SARS-CoV-2 puede permanecer entre 1 y 2 días en superficies de madera, ropa o vidrio y hasta cuatro días en plásticos, billetes, mascarillas quirúrgicas y acero inoxidable. Sin embargo, este tiempo puede variar en función de la temperatura y la humedad. Por ejemplo, con una temperatura de 22 °C y un 60% de humedad, el virus sólo permanece activo 3 horas en superficies de papel. No obstante, en ambientes con temperaturas que oscilen entre los 21 y los 23 °C y con un 40% de humedad, el coronavirus se mantiene activo durante 4 horas en superficies de cobre, 8 horas en cartón, 48 horas en superficies de acero inoxidable y hasta 72 horas en las de plástico.

¿Cómo seleccionar las muestras de control?

Para que la selección de la toma de muestras de control sea eficaz hay que identificar las superficies de mayor riesgo teniendo en cuenta, según explica Ortuño, “aquellos puntos más expuestos a la contaminación y que, por tanto, se puedan convertir más fácilmente en una zona contaminada; por ejemplo, por estar expuestos a una persona portadora del virus que pueda tocarla o toser sobre ella. Ya sea personal del propio establecimiento o público en general”.

Fiabilidad superior al 90%

La metodología utilizada por Ainia se basa en identificar el material genético del virus mediante RT PCR real-time. En este proceso el ARN (material genético del SARS-CoV-2) se extrae del virus y se transcribe a ADN (cDNA) para realizar el proceso de PCR a tiempo real. Este sistema, validado por el Instituto de Salud Carlos III, ha conseguido unos índices de fiabilidad superiores al 90%.

Según explica Roberto Ortuño, “la eficacia de las medidas de refuerzo de la higiene que se están tomando en los diferentes sectores de actividad sólo podía validarse hasta ahora, de forma objetiva, mediante indicadores. Estos son muy útiles, pues nos dan una idea de la calidad higiénica del entorno, pero no dejan de ser inespecíficos. Con estos análisis podemos contar con un medio directo para la validación, tanto de las medidas de refuerzo de la higiene implantadas para prevenir la propagación de la enfermedad, como de la eficacia de las operaciones de limpieza y desinfección”.

Es por ello que este tipo de análisis resulta de interés para un gran número de sectores y actividades diferentes como: industrias alimentarias, empresas de productos y servicios de limpieza y desinfección, fabricación de envases y embalajes, cosmética, sector de farmacia y parafarmacia, hostelería y restauración, organismos e instituciones públicas y privadas…

La realización de esta prueba consta de cuatro fases: toma de muestras, extracción del ácido nucleico, RT-PCR y análisis e interpretación de resultados. En un plazo máximo de tres días las empresas pueden conocer la presencia o ausencia del virus en sus instalaciones.