Aurora Díaz Bermúdez · 17 September 2019
La mejora genética vegetal, tanto la clásica, como la que se sirve de la ingeniería genética, ha conseguido importantes logros en cuanto a incrementos del rendimiento de los cultivos y a la incorporación de resistencias a enfermedades empleando, sobre todo en este último caso, germoplasma silvestre. Justamente el uso de formas silvestres en los programas de mejora acarrea efectos colaterales no deseados, como detrimentos en el rendimiento o disminución en parámetros de calidad. El proceso para revertirlos es generalmente largo y costoso, si bien, en muchos casos, se ha conseguido. De forma análoga, se está avanzando en incrementar la tolerancia de los cultivos a estreses abióticos y, en particular, a sequía. Aun así, no cabe duda de que supone un reto, ya que las bases moleculares de los intrincados mecanismos mediante los cuales las plantas hacen frente a la escasez de agua, no han sido todavía completamente dilucidados.

Aurora Díaz Bermúdez - Centro de Investigación y Tecnología agroalimentaria (CITA). Gobierno de Aragón
adiazb@cita-aragon.es